Para no Olvidar
Desde ayer tengo la certeza de que vas a estar en mí toda la vida.
Nada de lo que diga, nada de lo que haga, lo puede cambiar.
Mi esperanza, mi tibia esperanza es creer que existe un lugar, un espacio, un tiempo en el que tú y yo tenemos nuestro sitio.
Hay un lugar de luz, de sol cálido para tus huesos, de mar claro y profundo, hay un lugar con una casa en la playa, con al menos un trío de niños morenos de cabellos de trigo jugando a nuestro alrededor.
Es un lugar sin pasado, sin errores, sin caminos equivocados, sin úlceras en tu estómago, sin tristezas en mi alma. Es un lugar donde hay un sitio para todo lo que amamos, desde tu arte hasta mis empanadas, un lugar en donde no necesitaremos de nada que nos evada, que nos enajene, por que nuestro amor será nuestra eterna droga.
Mi esperanza, mi tibia esperanza, es creer que tendré fuerza para sobrevivir hasta llegar allá.
Dulce amor, dulce, dulce...... amor de cielo azul, de mar, de luz, amor de luna nueva, menguante, llena... amor de arena, de yerbas tropicales, amor de masajes en la espalda, amor de fin de siglo, de espera apocalíptica, amor dulce, tan dulce.
Amor cobarde.
Amor dubitativo.
Amor. Mi amor.
Voy a cerrar los ojos desde hoy hasta el día de mi muerte, cómo quien se duerme durante el viaje, esperando amanecer en su destino. Voy apretar los dientes, a agachar la cabeza y caminar deprisa. Voy a cumplir con mis obligaciones maternales, voy a dejar de atormentar tus días...
Pero has de saber, amor, dulcísimo amor, que yo, desde ayer, yo sé que Sí te amo. Y si he de vivir así, encerrada en el convento de mis días no es por falta de amor, sino por cobardía..... me sostendrá la esperanza, mi tibia esperanza, de que en la rueda de este irónico juego de la vida, hay un tiempo, un espacio, un lugar de mar, sol, risas de niños... donde tú y yo haremos, construiremos nuestro amor.
Yo no quiero atormentar tus días, yo no quiero ser una espina que te duela en la palma de tu mano...
Sabes mi nombre, en la historia que escribía de nuestro amor? Ariana, como Ariadna, la del laberinto. Tú no tenías aún un nombre porque ningún nombre me acerca más a ti que el que ya tienes.
Ariana, la del laberinto. Ariana, la dulce, sólo que la de mi historia, a diferencia de la mitológica no supo elegir un hilo suficientemente resistente, perdió la unión con su Teseo. Tú, mitológico amor, perdido en el laberinto de tus días y yo, Ariadna, torpe, apresurada, entro a buscarte y no te encuentro... tampoco recordé atar el hilo a la entrada... y te busco, te llamo, te sueño... perdida sabiendo que estás tan cerca, y no puedo tocarte, alcanzarte, buscarte....
Amor, dulce amor... amarte me da vida... con este amor cobarde y temeroso, con este amor asumido a medias, con este amor de sueño, de recuerdos borrosos... amor de 15, a los 20, a los 30.... amor de desear que los demás se mueran....
Teseo, mitológico amor, sólo te pido una esperanza, ni siquiera para esta, sino para otra, cualquiera, vida. Sácame del laberinto, encuéntrame, bésame, pon tu mano en mi cara, mírame con esos ojos dulces, dulces, dime hermosísima, dime dulce, dime amor, tu amor, mi amor... dime que sí, que sí existe ese lugar de luz para nosotros, dime que cada día de esta vida serás feliz sabiendo que ese momento llegará, dime que también me amas así con esta tibia esperanza, dime que soñaras conmigo, que esperarás conmigo, que aún ausente me amarás hasta ese día.
Alex, Alex, mi amor, mi dulce amor de manos tiernas, como vivir sin tu presencia... Sólo tengo miedo a sentirme intrascendente, a que olvides mi beso, mis palabras.... pero si tú me dices que me amas, que esperas por mí hasta que sea necesario.... ah! Entonces yo florezco y aguanto todo lo que venga, y el cielo azul ya no será tan triste como lo fue en estos meses de tu ausencia, y la luna me guiñará un ojo en menguante y llena, y los jilgueros harán sus nidos al alcance de mi mano, y el mar me saludará dándome noticias tuyas, la arena será tibia y dulce amiga y mis manos no tendrán pereza de crear pensando en tus manos creadoras... te besaré en mis sueños sin sentir amargura al día siguiente y saludaré tu foto en las mañanas con la mejor de mis sonrisas... y tú, que también esperarás por mi recibirás cada día, no sé cómo, una dosis de mi amor y mi esperanza, tibia esperanza de un espacio donde hayan niños morenos de cabellos de trigo jugando a nuestro alrededor...